El amor es una emoción que tiene sus bases en el cerebro, específicamente en el sistema límbico y la corteza. Las neuronas que generan este estado emocional son las mismas que se activan cuando disfrutamos el placer de alimentarse o cuando jugamos compulsivamente. Nuestro “sistema natural” para llamar la atención de otras personas está relacionado con la presencia de sustancias químicas como las feromonas y las alomonas. La elaboración de estas hormonas y su percepción es prácticamente instintiva y natural, por eso, y aunque suene muy tentador, es poco probable que su efecto nos llegue a través del uso de perfumes, desodorantes y otros artículos similares. Una vez que hemos conquistado la atención de esa persona especial comienza la etapa de enamoramiento. Durante esta etapa queremos estar todo el tiempo a su lado, o al menos pensamos constantemente en ella, porque nos produce una enorme sensación de bienestar. Esto ocurre porque el sistema neuronal que procesa el enamoramiento está en el llamado “circuito de recompensa” o “del placer”. De acuerdo con recientes descubrimientos, el lapso de pasión intensa dura en promedio siete meses. Luego se transforma y, seguramente, se procesa en otros circuitos del cerebro.
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domingo, 25 de septiembre de 2011
El amor nace en el cerebro
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